1/3/10

La Bèrnia.



Hoy os vamos a mostrar sin duda una de las rutas más bonitas que podéis caminar, o mejor que eso, disfrutar, oler, sentir, admirar...

Os hablamos de "La Bèrnia", frontera natural que divide la Marina alicantina en dos, la Alta y la Baja, situada al norte de Altea, que en un tiempo no muy lejano supuso una barrera difícilmente franqueable que mantenía casi aisladas por tierra a las dos marinas, salvo por el desfiladero del "Mascarat" al este, camino cercano al mar y por "El pas dels bandolers" al oeste.

La excursión puede comenzar desde varios puntos como: "Les fonts de l`Algar", "Altea la Vella" o "Les Cases de Bèrnia".

Nosotros hemos preferido empezar desde "Les Cases de Bèrnia" en la umbría de la sierra, a las cuales llegamos por la CV749, que tomamos por la salida de Benissa en dirección a Calpe.


Comenzamos la marcha desde el punto indicado anteriormente, no sin antes hacer la foto de rigor, un servidor no aparece porque es el que se encarga de hacerla.


Si no cambia el día, tendremos una luminosidad y claridad inmejorables para ir admirando el paisaje que nos espera, ya que a veces se forma una especie de neblina que por estos parajes impide disfrutar de la lejanía del contorno conforme se va subiendo en altura.










Mientras vamos subiendo a la orilla del sendero nos encontramos con abundante vegetación, debido a las últimas lluvias, destaca el intenso verdor de la sierra y su variedad floral rebosando vitalidad y energía.



Llegamos a nuestro primer punto de descanso, la "Font de Bèrnia", donde podremos echar un trago de esa fresca y estupenda agua de montaña, ya que a partir de aquí el sendero comenzará a aumentar de desnivel considerablemente, haciendo la subida hasta el siguiente punto más dura de lo esperado para todos, así que es momento de coger fuerzas.


Vistas de la Marina Alta, con el "Oltà" a nuestra derecha, y a lo lejos "Las Cumbres del Sol".



Vista del Parque Natural del Montgò.







Seguimos caminando con fuerte desnivel hasta llegar a una especie de canal en la base de la cresta de la sierra, donde nos ofrece el abrigo y el frescor de la umbría rebosante de humedad, desde donde echamos un vistazo atrás del camino recorrido.

Y muy próximo ya al punto clave de la ruta de hoy el "Forat". Un túnel natural en forma de embudo que atraviesa la sierra de norte a sur y que por su parte norte es donde se encuentra la zona más estrecha y angosta, para desembocar en una abertura de enormes dimensiones, en la cara sur.




Vista de "L´Illa" de Altea.

Vista de la bahía de Altea, "La Serra Gelada".

El "Puig Campana", el "Ponoig", el "Sanxet".

Vista de "Penya Roc" y la "Aitana" al fondo.

Tras la salida del túnel por la cara sur de la sierra, contemplamos lo maravilloso que ante nuestros ojos se nos ofrece, afortunados hoy por esa claridad y limpieza de la atmósfera, que no todos los días encontramos por estos lugares, y cómo no, lugar elegido para tomar el indispensable y obligatorio almuerzo, de sobra ganado.





En este otro lado también encontramos una excelente muestra de la flora existente, recibiendo ésta la mayor luminosidad al estar en la cara sur, la solana.

Tras haber dado buena cuenta del bocata, seguimos en dirección oeste, siguiendo por la base de la cresta, por un sendero compuesto en muchos tramos de piedra suelta que nos hace caminar con especial empeño y dedicación sin descuidar el entorno.







De nuevo nos paramos unos instantes..., se hace el silencio..., oímos y sentimos la brisa..., observamos nuestro alrededor...



Estamos próximos a nuestro siguiente punto de llegada, nos lo indican los cultivos de esa fruta tan rica y jugosa, el "níspero" que en Callosa d`Ensarrià se cultiva en fértil tierra regada con el agua del "Algar".

Después de una trabajosa andadura por sendero pedregoso, por fin llegamos al "Fort", restos de un enclave defensivo que fue construido a mitad del s. XVI bajo el reinado de Felipe II, y diseñado por el ingeniero italiano Giovanni Battista Antonelli (el mismo que diseñó el pantano de Tibi), fortaleza defensiva en forma de estrella de cuatro puntas, erigida a 800 metros de altitud para salvaguardar la Bahía de Altea y sus circundantes en una época que las incursiones del corso norteafricano hacía desembarcos para saquear y tomar cautivos, y pedir rescate por ellos o llevarlos a berbería.

Debido a diversas razones, la fortaleza sirvió muy poco tiempo en este cometido y fue demolida en tiempos de Felipe III, para que no fuera refugio de insurrectos y bandoleros, y así nos la encontramos ahora.








Seguimos con nuestro camino, ya estamos en el extremo opuesto de la sierra más al oeste, a punto de darle la vuelta y volver por la cara norte, tomando el conocido "pas dels bandolers", caminando por una senda estrecha, con un vertiginoso terraplén a nuestra izquierda que nos hace asegurar cada paso que damos, al fondo podemos divisar la población de "Tárbena".






Ya nos queda poco para finalizar la ruta de hoy, a lo lejos podemos ver el punto de partida, y tras doblar la cresta de la cima volvemos por una cómoda y ancha pista forestal.



Una vez más objetivo cumplido, llegamos al final de nuestra andadura por esta vez, cansados físicamente, pero llenos de satisfacción, alegría, y con imágenes inolvidables para nuestro recuerdo.

Nos vemos en el sendero.